En Polonia, el pasado mes de enero el Gobierno promulgó -es decir, ya tiene rango de ley- una sentencia del Tribunal Constitucional polaco que limitaba el aborto a tan sólo casos de violación, incesto o grave riesgo para la vida o la salud de la madre y lo prohíbe en caso de malformaciones fetales.

Y es que el pasado de 22 octubre de 2020, el Tribunal Constitucional polaco declaró inconstitucional el aborto en el caso de alta probabilidad de daño grave e irreversible al feto o de una enfermedad incurable que amenaza su vida. Lo que en la práctica, en muchos casos, significaba la muerte de los niños no nacidos por una sospecha de síndrome de Down.

Ante ello, el Parlamento europeo condenó esa sentencia provida del Tribunal Constitucional polaco por considerarla un "retroceso de los derechos sexuales y reproductivos" de las mujeres en Polonia.

Pues bien: los obispos de la Unión Europea han enviado una carta al presidente del Parlamento europeo, David Sassoli, criticando su resolución de condena a la sentencia provida del Tribunal Constitucional de Polonia.

Los prelados europeos recuerdan que no existe el derecho humano a abortar: "Desde un punto de vista legal ni la legislación de la Unión Europea ni la Convención Europea de Derechos Humanos prevé el derecho al aborto. Este asunto se deja a los sistemas legales de los Estados miembros".

"Queremos aprovechar esta oportunidad para enfatizar una vez más que la Iglesia Católica, que busca apoyar a las mujeres en situaciones de la vida derivadas de embarazos difíciles o no deseados, pide la protección y el cuidado de toda la vida por nacer. Toda persona humana está llamada a la existencia por Dios y necesita protección, especialmente cuando es más vulnerable. La protección y el cuidado especiales del niño, antes y después del nacimiento, también se expresan en las normas legales internacionales, por ejemplo, en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Se debe brindar todo el apoyo necesario a las mujeres en situaciones difíciles de la vida de embarazos no deseados o difíciles", afirman los obispos europeos.

Así que los obispos europeos se ponen de parte de Polonia en la defensa de la vida del no nacido.