Se trata de la atleta belga Marieke Vervoort, que compite en los Juegos Paralímpicos y luego se suicida. Bueno, dejará que otros corran con la responsabilidad de asesinarla, que no es otra cosa que la eutanasia. Holanda y Bélgica tienen el triste mérito de haber introducido la eutanasia en el país. No me gustaría ser abuelo en Flandes. En cualquier caso, lo que demuestra este atleta es que es capaz de esforzarse al máximo para disfrutar de su día de gloria en unas olimpiadas pero es incapaz de sufrir los reveses cotidianos que ocasiona su minusvalía. ¡Pura desesperación! Hispanidad redaccion@hispanidad.com