Entre el buque Aquarius, recibido con honores en junio, y el de Open Arms, que ha llegado a Algeciras (Cádiz) este jueves, la diferencia no está en el número de inmigrantes rescatados, 630 frente a 87, sino en el aterrizaje a la realidad del Gobierno Sánchez, tan acostumbrado a gestos como ausente en medidas, por la debilidad parlamentaria que lo sustenta. Esta vez, ha dejado la cordialidad a las ONGs.
Interior ya ha dicho que les dará el mismo tratamiento que a cualquier inmigrante que es rescatado de una patera y no gozarán, en consecuencia, de ningún permiso especial. O sea, va a hacer lo mismo que predica el PP, mientras sus ministros, como Borrell, juegan a mostrar lo contrario.