Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google, se retiran de la gestión diaria… para ofrecer “consejos y amor, pero no quejas diarias”… a los empleados. ¡Un bonito mensaje!, aunque también algo cursi. Dejan que Sundar Pichai sea CEO tanto de Google como de la matriz, Alphabet, para “asumir el papel de padres orgullosos” de sus ‘niños’ (estos gigantes de Internet).
Así, simplifican la estructura administrativa, porque “nunca hemos sido los que mantenemos los roles de administración cuando creemos que hay una mejor manera de dirigir la empresa”. Eso sí, seguirán participando activamente como miembros de la Junta, accionistas (dueños del 5,8% y el 5,6%, respectivamente) y cofundadores… y hablando con Pichai “regularmente”. O sea, se van, pero se quedan.