El presidente en funciones ha visitado fugazmente el barrio de Pajarillos en Valladolid. Puede que tenga algo que ver que se trate de la parte más conflictiva de la capital castellano leonesa, o que los vecinos estén hartos de la suciedad de las calles y del tráfico de drogas en la zona. De ahí -digo yo- que venga el sonoro cabreo con Sánchez de algunos de los asistentes a la visita.
Visto lo visto y oído lo oído, Sánchez, que llegó con una hora de retraso, cambio de planes, del largo paseo por las casas blancas nuevas del barrio que tenía previsto auna simple parada de cuatro minutos para la foto y poco más ante el ambiente hostil que se encontraban y no esperaban, como así reconocía el propio alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que veía “improcedente” estar más tiempo en la calle, por lo que pudiera ocurrir. Prudente Óscar Puente, el mismo fulano que disculpaba a sus compañeroçetes, los que atacaron una procesión de Semana Santa.