Es un secreto a voces: la inteligencia militar española, que lidera el general Félix Sanz Roldán (en la imagen), conocido como el gato Félix, ha fracasado en el procés.
Sobre todo porque no descubrió la infraestructura para el referéndum del 1-O: las famosas urnas que llegaron a destino con gran entusiasmo de público. Por cierto, si el general Sanz fracasó, no fue menor el fracaso y el ridículo de su jefa directa, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
Por eso no se entiende que el CNI haya visto aumentado su presupuesto para 2018 en un 10% hasta los 280 millones de euros.
Soraya ha fracasado en Cataluña, pero no está dispuesta a aceptarlo ni a perder poder.