Vean el vídeo. Desde que iniciaron la lucha contra el comunismo soviético y desequilibraron al mundo del comunismo, los polacos, ya en tiempos de Reagan, intentaron acogerse al paraguas OTAN frente a Moscú. Lógico.

Pero ahora las tornas cambian: Polonia ya no se fía de la decadente Unión Europea (UE), que ha olvidado sus principios cristianos (Europa de la que forma parte, no lo olvidemos) ni de la OTAN, asimismo, ligada a la eurocracia paralizante y cristófoba de Bruselas y medio enfrentada a la Administración Trump. Polonia ha dejado claro a Trump que está dispuesta a acoger en su territorio una base militar norteamericana.

Y lo malo es que otros países europeos, como Hungría o Austria o Italia, hartos del espíritu masoncete de Bruselas, en consecuencia, hagan lo propio.