Insistimos, los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno Sánchez son como el propio presidente: una chapuza. Pero con una excepción: la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) desde 750 a 900 euros brutos mensuales. 

En primer lugar, porque es de justicia: ¿O es que se puede mantener una familia con 750 euros? Sin embargo, ha sido e las medias más criticadas.

El Banco de España asegura que hará perder empleos. No, hombre no, hará perder empleos legales. Pero eso es como si me dice que para acabar con el robo hay que legalizar el robo (o aquello de que para acabar con el aborto había que legalizar el aborto).

Además, la subida del SMI no dispara los salarios, dado que la diferencia en España entre salario mínimo y salario medio es demasiado grande. 

Y por una última razón, la del fundador de Planeta, Lara Hernández, cuando afirmaba que un trabajo que no da para levantase a las 12:00 del mediodía no es un trabajo. Oiga, un trabajo que no da para cobrar un sueldo de 1.000 euros por 40 horas de curre semanal no es un trabajo.