Lo decía ayer jueves el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete: el vídeo se ha vuelto fundamental en el negocio de la operadora porque el 80% de los nuevos ingresos están viniendo por la imagen, catapultada a través de los datos.  Y ojo, porque las teleseries (el teatro de hoy) sustituirán al fútbol. En cualquier caso, por 10 euros al mes Netflix ofrece todas las series que se quiera y un buen montón de películas. Es un negocio a la americana, hiperendeudado, que camina entre el éxito y la quiebra. ¿Telefónica puede competir frente a eso? Sí que puede, pero hay que hacerlo de forma profesional. Hasta ahora no lo ha hecho y Pallete busca nuevas caras. Y con un ideario adecuado. Algo que los grandes de la comunicación olvidan es que el que vende contenidos está vendiendo conceptos, ideas y principios. Sí, también principios. Y si un grupo que vende contenidos, es decir mensajes, presume de no tener ideología entonces es que posee la ideología más castrante de todas: lejos de mí el funesto ánimo de pensar. ¿Se están planteando en Telefónica qué principios venden sus contenidos? Hispanidad redaccion@hispanidad.com