Lo de Pablo Casado (en la imagen) es de una lealtad perruna al jefe, a don Mariano Rajoy. Porque claro, resulta que don Mariano le ha situado en segunda fila, como apparatchik en Génova no fuera a ser que ascendiera en exceso. Y sin embargo, él ha tenido la valentía de hablar de un Rajoy que perpetra perdón, realiza, "renovaciones por adición". O sea, que va superponiendo capas freáticas, aunque él siempre flote, como los corchos, y se mantenga en lo alto de la colina. En efecto, nada va a cambiar en el próximo congreso del PP. De hecho, Rajoy, si pudiera no acudir al congreso del partido, se quedaría viendo Teledeporte. Hispanidad redaccion@hispanidad.com