El presidente Rajoy se enteró por la prensa, dice, de la actuación de la Agencia Tributaria contra Rodrigo Rato (en la imagen). O sea, más tarde que los fotógrafos y periodistas que acudieron a la vivienda del ex vicepresidente económico del PP para asistir a su detención durante unas horas. Igualito que Felipe González, vaya por Dios, cuando dijo que se enteró también por la prensa de los GAL. El caso es que entre las filtraciones de unos -esas que no llegan al mismísimo presidente-, y las imágenes de las teles -que en cualquier momento penetrarán en la sala de estar de Rato desde la casa de enfrente-, tienen al hombre acorralado y a los vecinos un pelín hartos. Y no es para menos. Hasta en las Batuecas saben la calle y el número de su casa, el color de la metálica puerta de entrada, cómo sale y cómo entra, etc… Era cuestión de tiempo -lamentable- que llegara la falta de mesura en la caza del hombre. El lugar ya se ha convertido en cita habitual de preferentistas de Bankia o indignados de las más variadas estirpes. Qué cosas. Hispanidad redaccion@hispanidad.com