En esta semana que culminará con el 8M, me encuentro buceando en la actualidad, buscando reflexiones varias sobre tan señalada fecha. Y, hete aquí, me encuentro con un artículo de Rita Maestre en El País. Se titula Feminismo es democracia y me llaman la atención algunos párrafos que voy a compartir con ustedes.
Dice la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid: "En estos tiempos asistimos al auge de discursos reaccionarios, que, desde la más profunda ideología, sin atenerse a los datos, niegan la desigualdad que aún arrastra nuestra sociedad. La estrategia de la derecha trata de caricaturizar el feminismo y a las feministas: seríamos para ellos un grupo de mujeres que odiamos a los hombres y actuamos organizadamente para destrozar la vida de las personas que nos rodean.
Esta caricatura choca, sin embargo, con la experiencia de la inmensa mayoría de las mujeres: hijas, amigas, abuelas, compañeras de trabajo, vecinas… nos definimos como feministas desde la más absoluta normalidad, desde la cotidianidad de nuestras vidas. Y desde esa cotidianidad, con tranquilidad y firmeza, repetimos y seguimos repitiendo que queda mucho por hacer y tratamos de poner nuestro granito de arena (personal, político, institucional) para hacer de nuestras ciudades lugares donde hombres y mujeres nos sintamos libres y seguras -nótese que tanto hombres como mujeres debemos sentirnos seguras-.
Ciudades feministas, es decir, en las que se aborden asuntos que constituyen grandes desafíos, como la movilidad, cuidados, conciliación y modelo económico. Ciudades, en definitiva, más amables y humanas para mujeres y hombres, en las que la ‘medida’ sean las personas y sus vidas en conjunto, que estén pensadas y diseñadas en torno a las necesidades reales de la vida de la población.
Y aquí viene la parte que más me llega de todo el artículo: "Así, por ejemplo, creer que una ciudad, tal y como propone la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, debe ser abarcable en quince minutos constituye una apuesta por un formato de metrópoli profundamente feminista, donde el centro de todo deja de ser lo laboral remunerado y pone el foco en todo lo importante, que es lo cotidiano". O sea, que -yo saco dos conclusiones- 1- Hay que trocear las ciudades -porque son demasiado grandes para abarcarlas en quince minutos- y 2- Según Maestre, el varón se caracteriza por el amor a la guita, al parné, al dinero, vamos... y, por contra, a las mujeres, lo material no le importa nada, le importa lo cotidiano. Estupenda equiparación entre lo que no tiene ánimo de lucro y la feminidad.
Es más, algún empresario malvado está pensado en contratar mujeres sin pagarles... como no les importa el dinero...
Conclusión: el nuevo logro feminista es trabajar por amor al arte.