Alianza electoral entre Alternativa Española (AES), de Rafael López Diéguez, Plataforma por la Libertad (PxL), de José María Ruiz y el sindicato Manos Limpias, cuyo cabeza de filas es Miguel Bernad. Conozco a los dos primeros: tíos de una pieza, cristianos coherentes, de los que me fío totalmente. No conozco personalmente al tercero, al hombre de Manos Limpias. He oído demasiado sobre él, especialmente en contra, como para creérmelo. En cualquier caso, la presencia de López Diéguez y José María Ruiz, dos juristas de peso -espero que eso no sea malo- asegura que se cumplirán los principios no negociables para un católico en política: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. Lo siento, yo siempre añadiré un quinto: libertad religiosa.
Han adoptado el nombre de Manos Limpias para una plataforma electoral titulada Con las Manos Limpias. No me parece buena idea porque de esta forma, el sindicato se lleva la marca. Y el problema de este sindicato es que incide en algo que no me gusta: la judicialización de la vida pública y la conversión de la corrupción, no en el asunto más importante sino, en el único asunto.
Además, se está exagerando demasiado con la corrupción y siendo injusto con demasiada gente.
Por lo demás, lo cierto es que para los que dicen que no existe una alternativa al PP ahí tienen una: Con las Manos Limpias.
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