Podemos quiere prohibir los piropos en la calle. Aparece en tv la mujer más fea que yo haya visto nunca y otorga su aprobación a los podemitas: en efecto, es una vergüenza que un desconocido te piropee por la calle porque “resulta molesto”.
José María Sánchez-Silva, el genial autor de “Marcelino, pan y vino”, vida de huérfano miserable en las calles del viejo Madrid, ganó un concurso de piropos con aquello de “Señorita, vaya usted con Dios... pero vuelva”. Hoy habría sido castigado con severas penas ¿Qué tal entre 1 y 2 años de cárcel? Tengo en cuenta que se trata de un delito machista. Y un hombre sensible como Pablo Iglesias puede sufrir el machismo.