Lo que antes eran álbumes de fotos que terminaban acumulando polvo, en la privacidad de nuestras casas, ahora es Internet. Así, revelar imágenes es un arte del pasado al que pocos recurren: para qué acumular papel y molestarse en ello cuando con un par de clicks puedes compartir cualquier imagen en Facebook y, que de paso, lo vean tus familiares y amigos. La idea está bien si no fuera por la privacidad, avisa la Universidad de Cataluña.
Mientras, el mundo continúa subiendo más y más contenido personal. Tanto es así, que el 81% de los bebés tiene presencia en la red antes de cumplir los seis meses, e incluso el 23% lo hace antes de nacer, debido a las ecografías que comparten sus padres en Instagram, Twitter y compañía. Y es que los expertos avisan: lo que se cuelga online, se queda online. Además, está al alcance de cualquiera, y no solo de un puñado de personas cercanas. Bien es sabido que Bill Gates -creador de Microsoft- y Steve Jobs -creador de Apple- restringían el uso de las 'maquinitas' a sus hijos, al ser conscientes de las consecuencias que estas tienen.
Un ejemplo de la situación es Reino Unido donde, según un estudio publicado por la compañía Nominet, los padres publican en redes sociales cada año alrededor de 200 fotografías de sus hijos menores de 5 años. Es decir, que antes de cumplir los cinco, circularán 1.000 imágenes de cada uno de ellos... para alcance de cualquiera. Que no les pase nada.