Recientemente, Brigitte Macron, se ha embarcado en un rosario de viajes, apariciones y declaraciones cuya única finalidad «subliminal» es dorar la imagen pública, más o menos alicaída, de su esposo y presidente Emmanuel Macron, de cara a las municipales francesas de principios del 2020.
Dice la primera dama que una buena campaña que se precie, puede enriquecerse con «intimidades» con las que entretener al público de las peluquerías, que también tiene su corazoncito electoral.
En una entrevista de más de 1 hora de «confesiones» a RTL, la primera cadena radiofónica nacional, -que recoge LOC de El Mundo- Brigitte Macron confirma cuán «apasionantes» son las vidas y las noches en el Elíseo, para «revelar» hasta qué punto su esposo y ella son una pareja «muy feliz». Afirma además, que odia que la consideren una mujer cougar, una expresión en inglés que se utiliza para definir a las mujeres maduras que seducen a hombres más jóvenes, a propósito de los 25 años de diferencia con su marido.
Explicó que siempre que pueden Macron y ella desayunan y cenan juntos, pese a que su marido se pasa casi todo el día trabajando por su país. Y comparó el trabajo de un presidente de Francia con "el dios Atlas, que sujeta la bóveda celeste," dado todos los temas nacionales e internacionales de los que deben ocuparse.
Brigitte Macron dijo que no es cierto, como asegura la prensa del corazón, que las paredes del Palacio del Elíseo tiemblen por las broncas que le echa a su marido. Pero reconoce que son una pareja "muy enérgica" y que se dicen mutuamente lo que piensan.
La primera dama también aseguró que dos años después de llegar al Elíseo su relación con Macron sigue siendo sólida. "No podemos vivir el uno sin el otro".