A pesar del crecimiento económico y de la creación de empleo, la tasa de morosidad no baja del 8%. De hecho, las variaciones son tan pequeñas que podríamos hablar de una morosidad estancada. Concretamente, la tasa se situó en julio en el 8,47% desde el 8,43% de junio. Y eso es lo malo: los bancos, cajas, cooperativas y financieras que operan en España continúan con una tasa de morosidad que no logra bajar del 8%, un nivel inaceptable y que hace aún más difícil el negocio bancario. Hispanidad redaccion@hispanidad.com