La perversión del lenguaje es temible pero cuando es uno mismo quien pervierte el lenguaje propio y con ello la idea que expresa, entonces además de terrible, es profundamente idiota. No es idiota, es más, resulta una de las cabezas mejor amuebladas de este Gobierno, pero durante la sesión de control parlamentario del miércoles, José Manuel García Margallo (en la imagen),  titular de Exteriores de Mariano Rajoy, caía en la trampa. Preguntado por la tragedia en el Mediterráneo, Margallo respondía que una serie de elementos, entre ellos "el sectarismo religioso" provocan la huida de los desesperados que acaban en el fondo del mar. ¿Cómo que sectarismo religioso? Oye, Margallo, príncipe, aquí no hay sectarismo. Lo que hay son unos salvajes, siempre musulmanes, que masacran a víctimas inocentes siempre cristianas. Y en medio hay unos tibios que son los políticos europeos, presuntamente cristianos, que como tienen mucha más cristofobia que islamofobia, miran hacia otro lado. Es más, no odian al islam, solo le temen. A la Iglesia sí la odian. Por eso no utilizan los medios que les damos para detener a los cristianos. ¿Un ejemplo de cristofobia apenas disimulada? Tu partido, Margallo, el PP. Hispanidad redaccion@hispanidad.com