Ocurrió en la céntrica iglesia madrileña de San Manuel y San Benito, ahí donde se casan la gente bien del barrio de Salamanca. Estamos en misa y cuando llega el momento de la comunión, el oficiante advierte: "Recuerden que sólo pueden acudir los que cumplen las disposiciones debidas para ello".

Hizo bien el mosén. Y si un cura dice eso es porque considera que debe decirlo. Esto es, que cree que los hay que comulgan de forma sacrílega o que ni tan siquiera saben en qué consiste la comunión. Lo mejor, a estas estas alturas, es no dar nada por supuesto. Hace 40 años sí.

Las actuales viejecitas sin estudios sabían las disposiciones necesarias para comulgar bien. Que son tres: estar en gracia de Dios, no haber comido una hora antes y saber a quién se recibe. La más importante, la primera, claro está. Pero hoy, en la sociedad del conocimiento, gente con varios master y que habla en varios idiomas no lo sabe.

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