Lo de Obama ante Merkel asegurando que, si los ucranianos necesitan armas Estados Unidos se las proporciona, es como para vomitar. Oye, Angela, ve a ver si convences a ese desgraciado de Putin (en la imagen junto a Obama). Si no, le enviaré armas a los ucranianos para que maten rusos. Pues bueno soy proporcionando armas para que se maten entre terceros. El hombre que retira a las tropas norteamericanas de los escenarios de combate está dispuesto a actuar como un chulesco traficante de armas.
Frente a él, la señora Merkel dejó claro que prefería optar por una negociación con Moscú. Está claro que la canciller no quiere un conflicto en plena Europa. Porque no se pelearía en suelo norteamericano, sino otra vez en suelo europeo. No, gracias.
El problema sigue siendo el de siempre. Obama, hombre del Nuevo Orden Mundial (NOM), no cree en nada. Putin cree en algo, cree en una serie de principios morales, simplemente cristianos. Ciertamente, tiene una herencia que hunde sus raíces en el KGB pero, a pesar de todo, cree en algo. Pues de ser cruel, con sus enemigos -lo está siendo con los pobres ucranianos- pero es un tipo coherente con sus planteamientos. Obama no es coherente con nada porque en nada cree. Sólo cree en la fuerza del Ejército de los Estados Unidos. Pero con ello puede doblegar a Europa sin pegar un solo tiro, no una Rusia que ha pasado por los soviets, por la oligarquía capitalista nacida de los soviets y por muchos desastres más.
Por cierto, la historia que me envían puede ser cierta o no -ha sido contada en distintos medios internacionales- pero escenifica perfectamente la diferencia entre Putin y Obama. Cuando el rey de Arabia Saudí le pide permiso para construir una gran mezquita en la Meca, Putin le dice que sí pero con una condición: construir una iglesia ortodoxa en Arabia. El uno se niega, alegando que el cristianismo es una religión de faldas. A lo que Putin responde que eso es lo que él piensa del Islam y sin embargo permite que se erijan mezquitas en Rusia. O reciprocidad o nada. Lo mismo que debería hacer Barack Obama o nuestro Mariano Rajoy, o Merkel, u Hollande… sólo que no se atreven a hacerlo.
Hispanidad