El gobierno de EEUU ha reaccionado con dureza al anuncio de El Salvador, esta semana, de romper las relaciones diplomáticas con Taiwán, como anunció presidente Salvador Sánchez Cerén (en la imagen), para oficializarlas con Pekín, que considera una interferencia más del régimen comunista en esa región.
China, así son las cosas, aprovecha las debilidades económicas de países iberoamericanos desde hace tiempo y se ha ido infiltrando por esa vía en Cuba, Venezuela, Brasil y otros países, como ahora El Salvador, con lo que hay sintonía ideológica desde que gobierna la exguerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Esa decisión, dice EEUU, “no solo afecta a El Salvador, sino a también a la salud económica y de seguridad de toda la región americana”. En consecuencia, avisa, revaluará sus lazos con el país centroamericano.