Lo dijo aquí y lo dijo así. Por lo tanto, uno rogaría al presidente de la Academia Pontifica por la Vida, arzobispo Vincenzo Paglia, que se aclare un poquito. Porque claro, si resulta que la ley italiana de aborto es nada menos que “un pilar de la vida social” y días atrás aseguraba, el susodicho monseñor, que la sentencia del Tribunal Supremo norteamericano en defensa de la vida resultaba maravillosa y formidable… pues mire usted, algo no casa.

De todas formas, si un príncipe de la Iglesia, forzado en un programa de televisión, donde casi nadie dice lo que realmente quiere decir, mete la pata, lo que tiene que hacer es sacarla. Muy útil para evitar la confusión de la grey y muy útil para vencer al único pecado existente: la soberbia, porque todo pecado es pecado de orgullo. 

¡Ay de aquel por el que venga el escándalo!