Está bien que ayudemos a Turquía a apagar sus incendios. Pero más lógico resultaría ayudar a Grecia, que es miembro de la Unión Europea, siempre amenazado por la Turquía de Erdogan.
La idea de nuestro gobierno es que el vecino de puerta es nuestro enemigo. Recuerden a las feministas que sólo califican de machista al hombre blanco y español. Ese es lo peor de lo peor.