Recuerden: todavía la hay algo más tonto que un obrero de derechas: un hombre feminista. El feministo es la viva imagen del tonto masoquista, un tipo de estupidez que está cundiendo en el mundo.
Recordando el 8 de marzo: Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid lanzó un discurso donde expresó su extrañeza porque el varón, que es quien sufre casi el 90% de los accidentes laborales, no disponga de un Día Internacional del Hombre trabajador, que no era otra cosa que el hoy feminista 'global' 8 de marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Esas palabras descolocaron a todas las chifladas feministas -no, no todas las chifladas son feministas pero todas las feministas están un poco chifladas- y provocó la respuesta, desde el Chile austral.
Y es que en cuanto oye hablar de hombres, don Pedro Sánchez se da por aludido: aseguró el hombre de La Moncloa, transido de dolor, que la presidenta de la Comunidad de Madrid lo era gracias a que muchas feministas habían dado su vida por los derechos de la mujer. Así, sin despeinarse.
Ayuso había descolocado a todas las chifladas feministas y a todos los tontos feministos.