El tarifazo eléctrico sigue siendo uno de los protagonistas del verano, pero el Gobierno pasa y los españoles son los que, como siempre, pagan el pato. En su comparecencia en el Congreso, Teresa Ribera ha anunciado medidas, concretando poco -por no decir, nada-… y ha apoyado crear una comisión parlamentaria para estudiar las causas de la subida.
Ya saben, la vicepresidenta ecológica y una de las representantes de la gran estafa económica de la era Sánchez ha optado por un camino habitual en la política española: no hacer nada, pero como hay que hacer ver lo contrario, creas una comisión que investigue. Mientras, el precio de la luz bate otro récord y superará los 132 euros el miércoles, tras cerrar agosto con la factura más cara de la historia que ha arrebatado el título a la de julio, pero Ribera no se pone nerviosa y señala que la luz subirá un 25% este año.
Por ahora, sólo ha reducido el IVA del 21% al 10% hasta final de año y ahora ha prorrogado la suspensión del impuesto del 7% a la generación también a dicha fecha. Dos nimiedades que han valido para poco
¿Qué hace para evitarlo? Nada, porque sigue sin tomar medidas relevantes respecto a los impuestos de la luz, que suponen casi el 60% de la factura. Por ahora, sólo ha reducido el IVA del 21% al 10% hasta final de año y ahora ha prorrogado la suspensión del impuesto del 7% a la generación también a dicha fecha. Dos nimiedades que han valido para poco, dado el encarecimiento de la luz en los mercados internacionales por los elevados precios del gas y los derechos de emisión de CO2.
Es cierto que la semana pasada Ribera apuntó a que Hacienda revisará la fiscalidad de la luz, pero lo hará sin ninguna prisa, pues no habrá resultados hasta principios de 2022. Eso sí, en el Congreso descartó la propuesta de dos colegas de Gabinete, Ione Belarra y Alberto Garzón, para poner topes a los precios: no se pueden fijar precios máximos al ser contrario al derecho comunitario. Y ni corta ni perezosa avanzó cambios en tarifa regulada PVPC… pero sin concretar ninguno. ¡Olé!
Ribera tampoco desperdició su cita ante los diputados para tirar de demagogia socialista y criticar a las eléctricas que gestionan centrales hidroeléctricas (es decir, a Iberdrola, Naturgy, Endesa y Viesgo -ahora propiedad de EDP-, entre otras) por no mostrar “ninguna empatía social”. ¿Y el Gobierno? Tampoco parece que esté demostrando mucha empatía… Menos hablar y más hacer, pero de verdad.