Decíamos en Hispanidad que Pedro Sánchez ha nombrado a Carmen Calvo, nueva presidente del Consejo de Estado, una sinecura estupenda para jubilarse con un buen salario... 

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Calvo, recién nombrada en el cargo, acudía al Ateneo de Madrid a presentar su libro 'Nosotras', donde ha demostrado que ha perdido la poca cabeza que tenía. A ojos de Calvo hay que apuntalar la gran conquista feminista: el derecho al aborto,  como si no estuviera ya suficientemente apuntalado. 

Pues a ojos de la nueva Presidente del Consejo de Estado, no, por lo que quiere es copiar a Francia, que como bien saben ustedes, es el país cuna de la civilización, la ilustración y todo lo sofisticado que se les pase por la cabeza. 

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Por lo que Calvo decide apostar porque España haga lo propio e incluya el aborto en la Constitución. Es decir, no le vale con que el Tribunal Constitucional socialista de Pumpido ya haya dicho que el aborto es constitucional. La exministra quiere más. 

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Eso sí, en el 'cacao maravillao' que es la mente de Calvo, cabe una idea más: aborto sí, pero vientres de alquiler no, porque, atención: "tener un útero es un deseo, pero no puede ser un derecho".

Volvemoa al cinismo de la izquierda con esta reflexión, tener un útero no puede convertirse en un derecho, pero tener un hijo y decidir matarlo, sí. 

En resumen: tener hijos no es un derecho, no existe el derecho a ser padres, es un don; gestarlos y criarlos... y educarlos y quererlos, es un deber. Los vientres de alquiler están mal, pero el aborto es mucho peor, y no, no es un derecho abortar.