Sr. Director:
En Valencia (España), miles de personas abarrotaron la plaza pública el 14 de octubre para rezar el Rosario por la Vida, la Familia y la Paz. A mediados de octubre, un millón de personas en Méjico se han manifestado por segunda vez a favor del niño nonato y de la madre. En Estados Unidos, en el debate de las elecciones a “medio mandato”, un tema importante es el aborto, revocada por la Corte Suprema, la sentencia a su favor. No es baladí. Se trata de la muerte provocada de niños en el vientre materno. Ya a primera vista, va contra el derecho de todos a la vida, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptados por la ONU como base para la libertad, la justicia y la paz ( 1948), y consagrados en las constituciones del mundo occidental.
No tiene sentido considerar el aborto como un derecho, cuando, de hecho, es un crimen espantoso que tiñe de sangre el alma de quienes lo realizan y lo posibilitan o colaboran. El aborto es contracultural y degrada nuestra civilización. Se ha ido implementando gradualmente, para acabar con categoría de derecho en el que no cabe siquiera la objeción de conciencia del personal sanitario (un falso derecho contra la vida y la libertad). La finalidad de las élites adineradas y oscuras que lo imponen, es reducir la población para controlarla ellas mejor. Benedicto XVI, en 2006, en un congreso promovido por el Partido Popular Europeo, expuso cuatro «principios no negociables»; el primero, el respeto y defensa de la vida en todas sus fases. No olvidemos a Juan Pablo II, autor de la formidable Encíclica “Evangelium Vitae” para la defensa de la vida humana ( 1995); aquí, aseveró: “ En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política”. El Papa Francisco recientemente ha hablado así: " Quien practica un aborto es un "sicario" que "mata". ¿Es correcto matar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿es correcto contratar a un sicario para resolver un problema? Por eso la Iglesia es tan dura con este tema, porque si acepta esto es como aceptar el homicidio cotidiano".