Sr. Director:
Antes que nada, expresar mi respeto y admiración a este señor, genio de la literatura y coleccionista de gran cantidad de premios.
Precisamente lo que más me sorprende es que una mente tan lúcida como parece derivarse de su carrera literaria, cometa el error de pronunciarse contra la vida, como lo ha hecho en un reciente artículo de opinión y, además, acusando exclusivamente a la Iglesia de fomentar el respeto a la vida, aportando además cifras de abortos clandestinos que son totalmente falsas. Créame don Mario, la Iglesia apoya cualquier iniciativa que respete la vida, en todas sus facetas, pero somos todos, el pueblo, las personas honestas y de valores éticos dignos, sean cuales fueren nuestras creencias religiosas y políticas, los que no queremos la matanza de niños, por el simple hecho de que molesten a sus madres y por no tener desarrollo suficiente para defenderse. Usted se ha portado con absoluta insensatez al insultar a la Iglesia por defender lo que defendemos la mayoría de las personas, el derecho inalienable de vivir en todas las etapas de la vida, primero y principal de los derechos humanos.
Señor Vargas Llosa, ya está tardando en excusarse y pedir perdón a todos los seres humanos a los que no le importa que le maten. Los pequeños que, no pueden defenderse, tienen el mismo derecho a vivir que usted. Comprendo que los políticos carentes de dignidad, apoyen esas ideas, bien por presiones de ciertos lobbies, bien por razones egoístas de otro tipo, pero usted es un intelectual que no vive de la política; sea compasivo y benévolo con esos niños que están deseando nacer.