Cartas al director
Apocalipsis now en el "paraíso natural"
Sr. Director:
La apocalipsis ha llegado a Asturias motivada por los incendios criminales que la asolan y los humos negros que tienen que respirar los asturianos.
La mala situación medio-ambiental en Asturias es crónica. La cumbre sobre el medio ambiente de París, no hizo sino confirmar los temores denunciados por el papa Francisco sobre la necesidad de un cambio en el paradigma energético que ha prevalecido desde la Revolución Industrial, por otros fundamentado en la generación y el consumo de las energías renovables, con el fin de no superar en dos grados la temperatura del Planeta respecto a los niveles anteriores a la revolución industrial.
En París se ha cambiado el protocolo de Kioto, que no había conseguido ningún resultad0, por otras medidas más acordes con la nueva conciencia mundial sobre la urgente necesidad de un cambio radical.
El Papa Francisco en el capítulo primero de la 'Laudato, Si', que lleva por título: Lo que le está pasando a nuestra casa, cuando trata de la contaminación y cambio climático, presenta una panorama próximo al apocalíptico. Tratando de la contaminación, basura y cultura del descarte escribe: Existen forma de contaminación que afectan cotidianamente a las personas.
La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se enferma, por ejemplo, a causa de la inhalación de elevados niveles de humo que procede de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse.
A ello se suma la contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en general.
La tecnología, que ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, de hecho suele ser incapaz de reconocer el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros. Este clima apocalíptico se acentúa que la cuestión del agua, que es uno de los indicadores más graves de la situación actual. El actual nivel de consumo de los países desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos niveles máximos de explotación del planeta, sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza.
Este análisis de la destrucción del medio ambiente recuerda el libro del Apocalipsis, el último del Nuevo Testamento quien da una visión teológica-simbólica con la apertura del séptimo sello en la que aparecen los siete ángeles con sus respectivas trompetas y arrojan sobre la Tierra todos los elementos que la destruyen el medio ambiente: árboles, hierba verde, manantiales de agua, aire ríos: mucha gente murió porque las aguas se habían vuelto amargas.
Ni el Papa Francisco ni el libro de la Apocalipsis pretenden meter miedo, pavor y pánico, sino alertar a todos para evitar todo lo que destruye la casa común que la Tierra, por eso llama a todo los hombres de buena voluntad, a una conversión que nos una a todos, porque el desafía medioambiental que vivimos y sus raíces humanas nos interesan y nos impactan a todos. A los fieles católicos les invita a la oración y a la meditación, por eso la encíclica finaliza con una hermosa oración por la nuestra tierra, por la creación, para que sepamos asumir los compromisos que nos plantea el Evangelio de Jesús.
Fidel García
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