Sr. Director:

Argentina es noticia estos días por las actividades de unos nombres propios que están en todos los medios de comunicación. El primero es el Papa Francisco, quien ha demostrado que está en forma, no sólo por su actividad continua como Pastor Universal de la Iglesia Católica, sino por su actividad incansable en la JMJ de Lisboa, en donde ha tenido un protagonismo indiscutible arropado y seguido por cientos de miles de jóvenes llegados a Fátima de todas las naciones del mundo, menos alguna que con mano dura persigue y encarcela a los fieles católicos. El Papa argentino ha abierto nuevos posibilidades a la participación eclesial a los jóvenes que no son solo el futuro lejano de la Iglesia sino su prometedor presente.

La otra personalidad que está conmocionando la vida política y social de Argentina y con claras repercusiones en medio mundo ha sido la victoria en las elecciones obligatorias nacionales PASO de Javier Milei, de La Libertad Avanza. Su apuesta contra lo que llama casta política, peronista socialista que lleva gobernando décadas ha tenido un efecto demoledor. Para unos, Milei es un populista liberal, opuesto al populismo socialista peronista. A nadie deja indiferente, unos son sus seguidores totales, otros son sus detractores totales y le tildan de desestabilizador antidemocrático. Los votos de Milei no vienen de una clase media proletarizada y empobrecida. Hace más de diez años que Argentina no supera su crisis económica, es lo que Milei llama crisis estructural, porque ha estado dominada por la casta que se ha alternado en el poder. Milei intentaría sustituir la casta más o menos peronista por un movimiento anticasta que sería el pueblo puro.

Son muchos los analistas que sostienen que en las próximas elecciones generales de octubre, si se repiten los resultados de agosto, el peronismo ha perdido su base popular. Por lo tanto, el poder. Javier Milei pretende representar el movimiento del pueblo puro mientras que los que han estado gobernando Argentina durante décadas serían los representantes de la casta de la élite corrupta. Los más críticos con Milei lo acusan de pretender dinamitar el Estado, con sus medidas de liberalismo radical. Pero la realidad es que en Argentina, de hecho, han gobernado casi siempre los peronistas, quienes han utilizado el Estado como si fuera su cortijo particular. Resulta sorprendente que en España algunos diarios que dicen defender a la Iglesia traten de enfrentar la ideología liberal de Milei con la Doctrina Social Católica del papa Francisco, a quien calumnian obscenamente de introducir el peronismo en el Vaticano.

El otra personaje argentino singular que no es cuestionado por casi nadie y alabado por casi todos es Messi, hombre que hace bien lo mejor que sabe: ser el mejor futbolista del mundo. Messi se ha dedicado a la tranquilidad de jugar en la liga de USA rechazando cientos de millones que podría haber ganado en el imperio donde el balompié se identifica con el dinero del petróleo. Además, Messi es siempre muy respetuoso con las señoras especialmente cuando recibe los máximos trofeos.

Haber vivido en Buenos Aires libre de todo enseña mucho. Otros han hecho de un beso una tragedia nacional con repercusiones mundiales. Por aquello de la española cuando besa... o el “me too” español.