Sr. Director:
El primer semestre de 2019 ha registrado la siniestralidad vial más baja de la historia, desde inicios de los años 60, momento en que comienzan a existir estadísticas de este tipo en España.
Es, sin duda, una magnífica noticia, que requiere sin embargo un análisis detallado, porque la propia Dirección General de Tráfico está incidiendo en aspectos que siguen siendo muy preocupantes, como la alta tasa de mortalidad que todavía existe en las carreteras españolas. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se han duplicado las víctimas mortales en lo que va de año, con respecto al año anterior.
Por otra parte, las campañas tradicionales de prevención y alarma adquieren acentos particulares de nuestro tiempo como la irresponsabilidad, por desgracia cada vez más generalizada, del uso del móvil al volante. Parece claro que, aunque en su justa medida resulten necesarios, la solución no se circunscribe a la presencia de radares, ni a la imprescindible mejora del estado de las carreteras. El fundamento más sólido sigue estando en la formación, con especial incidencia en los más jóvenes, pero no solo en ellos.