Sr. Director:
Gracias a uno de esos vídeos que corren por ahí, podemos valorar los méritos y capacidad de doña Begoña Gómez (esposa de Pedro Sánchez) en el proceloso mundo de empresarial; por más que lo niegue la extrema derecha, la fachosfera y la máquina del fango y de la bulería. En dicho vídeo, doña Begoña, con su singular gracejo y conocimiento del medio, culmina su exposición a unos supuestos empresarios, invitándoles a plantearse esta trascendental cuestión: «¿Qué es lo que aporta mi empresa que hace mejor el mundo?». Esto denota una excepcional sensibilidad por la humanidad que supera las visiones de esos rancios empresarios que, ajenos al mejoramiento del planeta, sólo persiguen en sus negocios el lucro y el boato machirulo.
Sobre esta chata visión economicista, ya nos advirtió también la muy sensible Yolanda Díaz, que en otro emotivo vídeo nos descubría una nueva economía «diferente, horizontal, que abraza, inclusiva, cooperativa, feminista, próxima, que quiere a la gente, ambientalmente justa, resiliente, especialmente democrática, amable, cómoda, sostenible y que le habla a la vida de tú a tú». ¡Casi ná! Sin duda estamos ante dos auténticas catedráticas en empresa y economía progresista que, en el caso de doña Begoña está muy justificada, dado el peculiar ámbito de la empresa familiar donde se crió, ya que al parecer, en ésta se explotaba el negocio de unas saunas de higiénico recreo e interactivo solaz, que mejoraban el mundo fomentando el amor entre los hombres, a la vez que proporcionaban unos ingresos familiares muy sostenibles. ¡Así, cualquiera!