Sr. Director:

“Pedro está con ustedes para celebrar y renovar la fe y la esperanza”. Con estas palabras saludaba el Papa a los miles de jóvenes que le esperaban en la JMJ de Panamá. Un evento, les decía Francisco, que no busca “crear una Iglesia paralela un poco más divertida”, sino que refleja la voluntad de la Iglesia de caminar junto a la juventud, como en una gran familia en la que todos se enriquecen de los dones que aportan los demás. Y esto que vale para las distintas generaciones el Papa lo aplica a la multitud de procedencias, sensibilidades o culturas representadas en Panamá. La comunión de la Iglesia, les decía, no consiste en que todos se mimetizan; más bien se trata de integrase en “un sueño grande y capaz de cobijar a todos”, “un sueño llamado Jesús”.