Sr. Director:
La lucha contra la desinformación es una exigencia que nace del deber de servir a la verdad por parte de los medios, y debe ser un objetivo de toda la sociedad. Pero cualquier iniciativa en la lucha contra las noticias falsas debe llevarse a cabo por organismos independientes del Gobierno, que es precisamente un poder al que hay que controlar. Por eso el Ejecutivo no puede convertirse en un órgano censor, y los derechos fundamentales de libertad de expresión y libertad de información no pueden ser coartados ni sometidos a un control por parte del poder político.
La libertad de prensa, consagrada en la Constitución española, es una condición inexcusable para la supervivencia de nuestro sistema democrático. La autorregulación ya funciona entre los medios, y cuando sea necesario pueden intervenir los tribunales. Establecer un “Comité de la Verdad” regido desde Moncloa es un algo más que un despropósito.