Sr. Director:
Es muy difícil aunque no imposible evitar que el Gobierno saliente, haga trampas en las elecciones generales, lo que se llama comúnmente “hacer pucherazo” es decir, trampas en el juego. Es enormemente complejo y amplio el cúmulo de aspectos, circunstancias y posibilidades que se dan en el proceso electivo, para poder controlarlos todos ellos. Habría que analizar muy profundamente todos esos aspectos y establecer la forma concreta de preverlos y resolverlos, para conseguir que no se produjera ninguna trampa que distorsionara gravemente la voluntad de muchos o todos los votantes.
¿Ha habido pucherazo en las últimas elecciones celebradas el día 23 de julio? No se sabe ni probable-mente se sabrá nunca, como pasó con el tremendo atentado que sufrió España el 11 de marzo de 2004, que hizo cambiar el sentido del voto para dar el triunfo al PSOE.
Dicho esto, salta a la vista que el partido que ha fallado ha sido Vox, que sólo ha conseguido 33 escaños en lugar de los 47 que tenía previstos. ¿Y por qué ha fallado y reducido tanto sus expectativas? Pues porque el PP se ha decidido por la deslealtad con un partido que se puede llamar hermano o correligionario, al defender parecidos no principios, pero sí medidas económicas y sociales parecidas. Eso se llama deslealtad manifiesta, en lugar de respetar, alabar y animar a Vox, se dedicó a, sino a demonizarle, a despreciarlo y apartarse de él como si fuera para ellos un apestado que pudiera contagiarles su enfermedad.
En eso han colaborado con el PSOE, cuando éste si lo demonizó todo lo que pudo, con proclamas que trataban de infundir el miedo a los votantes, manifestándoles su infundada intolerancia, contra la violencia con las mujeres, alertando a todos con que retrocederíamos 40 años en derechos, y era verdad, pero en derechos inmorales y criminales como el aborto, la eutanasia y el cambio de sexo.
En fín veremos ahora qué sucede, quién puede formar gobierno o se repiten las elecciones y aprendemos en la derecha lo que ha sucedido.