Sr. Director:
Sean bienvenidas las mejora de relaciones de Corea del Norte con sus países vecinos y la propuesta de abandonar las maniobras del su programa nuclear.
Esta buena voluntad de inaugurar un tiempo nuevo debe tener en cuenta los fracasos en conversaciones anteriores y no debe olvidar que en Corea del Norte hay otra asignatura pendiente, la de los derechos humanos.
Paralizar el programa nuclear coreano y el programa de desarrollo de misiles balísticos son condiciones necesarias pero no suficientes.
Hay que saludar este nuevo rumbo de los acontecimientos en la península de Corea, y construir con inteligencia un escenario de distensión que prepare una paz estable y duradera. Pero no olvidemos que la paz, siempre anhelada, requiere una base de justicia y de verdad.