Sr. Director:
Desde el punto de vista cultural, el coronavirus supone un desafío que nos obliga a hacernos preguntas serias. A menudo, los hombres modernos nos creemos invulnerables. No tenemos mucho sentido de nuestro límite y cuando este aparece, tenemos la tentación de reaccionar con enfado e histeria. Rechazamos las circunstancias y las personas que nos ponen en dificultades.
Tan necesaria es la responsabilidad personal en cuestiones sanitarias como una reflexión sobre qué nos permite no quedarnos paralizados, bloqueados por nuestra vulnerabilidad frente a un virus. Esta búsqueda de razones es urgente también para afrontar el reto económico que genera la difusión del patógeno. Las razones adecuadas, que siempre brillan en los puntos más dinámicos de la sociedad y que cada uno debe buscar, van a ser más necesarias que nunca.