Sr. Director:

No, no piensen mal, pues no me refiero a D. Pedro el trola; él si se ha tomado vacaciones y ocupa el palacio que D. Juan Carlos I donó a los españoles. Claro, yo también podría tener derecho a usarlo, pero seguro que si lo pido me lo negarán. El coronavirus, ese que decía el gobierno que llegado el calor se marcharía de asueto y nos dejaría en paz, no ha sido así; el único que nos dejará en paz todo agosto, dejaremos de oír sus interminables mentiras, ocultará su incompetencia y aliviará a los españoles, es nuestro ominoso presidente que ya se fue de holganza. ¡Que le importa que la pandemia avance descontroladamente! “La esperanza es el sueño de un hombre despierto”, Aristóteles. Pese a lo vivido con los que dirigen nuestro destino y lo que nos queda por vivir, debemos abrigar la postura optimista de que superaremos al virus, pero también a los que lo gestionan. Nunca tuvimos peores administradores, tan incapaces y de tan poca fiabilidad. Pero esto no puede seguir así; un día los borregos tendrán que darse cuenta de lo que nos está pasando y el rumbo que llevamos y deberán rectificar su proceder. Pablo D. Escolar