Sr. Director:
Los acontecimientos que estamos viviendo eso parece que confirman. La prolongación del coronavirus que en lugar de mejorar empeora, podríamos decir que es la última oportunidad que Dios nos da antes de que unos acontecimientos aterradores conmuevan a la humanidad y que el mismo Cristo anunció. ¿Cuándo termine el virus, si es que termina, va a seguir todo igual? No creo que haya existido en la historia de la humanidad una sociedad tan impía, inmoral, corrupta y perversa como la actual; creo que ni tan siquiera Sodoma o Roma se podrían comparar.
Todo está descompuesto, hasta la misma Iglesia Católica dominada en su mayoría por el Modernismo, que implantó la desacralización de la Divina Eucaristía y que actualmente te quieren obligar a comulgar en la mano que es un sacrilegio, una profanación. Los católicos no podemos callar y alertar a los fieles para que sean conscientes de la gravedad de la situación y no se plieguen a la dictadura que estos modernistas nos quieren implantar, pero los que permanezcan fieles no tienen nada que temer. No podemos propagar el desánimo ni el temor, pero sí tenemos que denunciar el pecado que impera en el mundo, que es la causa de todos los males que padecemos, porque solo destruyendo el pecado con nuestra conversión se puede obtener el perdón y la paz. Unámonos al ejército de la Santísima Virgen, que es el resto sobre el cual se establecerá la nueva era.