Sr. Director:
La Diócesis de Lahore en Pakistán ha decidido cerrar todas las escuelas católicas y, como en casi todo el país, se han suprimido todas las Eucaristías en los cementerios para celebrarlas a puerta cerrada. La reacción eclesial obedece a la presión que se vive en las calles tras la absolución de Asia Bibi. Los movimientos radicales y grupos islamistas no asumen ni la sentencia judicial ni las mínimas normas del Estado de Derecho. Desde el comienzo del caso, el islamismo convirtió la condena a Asia Bibi por blasfemia en un símbolo. Y atentar contra ella, perseguirla y convertirla en enemiga del Islam ha sido su objetivo.
Asia Bibi ha sido declarada inocente y el Gobierno de Paquistán ha reconocido y defendido la decisión de los jueces. Eso ha hecho que también el islamismo haya convertido al Gobierno en un enemigo y que las manifestaciones en las calles tengan viso de convertirse en una deslegitimación del Ejecutivo con los riesgos que ello conlleva.