Sr. Director:
El Supremo indica, con acierto, que la ley de Amnistía se enmarca en una transición modélica, fruto del abrazo entre las dos Españas enfrentadas por la Guerra Civil. En ningún caso fue una ley aprobada por los vencedores, detentadores del poder, para encubrir sus propios crímenes. Fue una ley que se promulgó con el acuerdo de todas las fuerzas políticas.
Pienso que es un error reabrir heridas como pretenden algunos. Sería un disparate abrir procesos judiciales para indagar presuntos hechos delictivos cometidos por personas de uno u otro bando que no están vivas. Cabe tener en cuenta, además, que no es tarea de los tribunales establecer la verdad histórica.