Sr. Director:
Recientemente en Valladolid (16 de noviembre), don Benigno Blanco, abogado, ex Secretario de Estado en el Gobierno de Aznar y ex presidente del “Foro de la Familia”, impartió una brillante conferencia, en un salón abarrotado por más de doscientas personas, que versó sobre “Familia y libertad de educación”.
Impregnado, el ambiente, de un enorme silencio, que prueba la preocupación que suscita el tema; con estilo sobrio, claro y preciso, Benigno Blanco habló del derecho primigenio de los padres a la educación de sus niños y de la función subsidiaria del Estado, que no debe suplantarles. Dijo que los padres tienen el derecho y el deber de conocer “cómo se programa la enseñanza en el centro escolar y las actividades extraescolares; los libros, las películas y los vídeos que se aconseja leer”.
Afirmó que en todas nuestras comunidades autónomas (excepto Asturias, Cantabria, La Rioja y Castila y León, en donde se está debatiendo) y en otras partes, bajo un nombre más o menos equivalente a ley de regulación de la orientación afectivo sexual, “se impone la ideología de género en todos los sectores de la sociedad; también, en la enseñanza”, y que se está tratando en el Congreso de los Diputados, presentado por Unidos Podemos, para toda la nación. Aseveró que ello es “un peligro para las libertades, una opción liberticida” que “parte de una idea jurídica errónea; porque es el error antropológico del género, convertido en norma jurídica, definir a las personas por su sexualidad, por lo que hacen con su libertad y no por lo que somos”.
“En una sociedad democrática como la nuestra -continuó- todos estamos obligados, éticamente y por la ley, a respetar lo que son los demás, a respetar la dignidad humana”. Matizó que “si uno niega la masculinidad o feminidad como dato relevante para el ser humano -somos XX o XY, masculino o femenino-, está negando al propio ser humano, eso es ideología de género”. Dejó claro que la escuela pública, según el Derecho Constitucional, “debe ser neutral”. Manifestó que “el Estado no tiene derecho a poner ninguna visión de la persona en la escuela, ni la de género, ninguna, como no tiene derecho a imponer ninguna visón sobre la filosofía”. Subrayó que “cuando el Estado hace suya una visión de la sexualidad, está atentando contra la libertad, porque, si el Estado la hace suya, los que no comparten esa visón pierden la libertad de explicarse, además de ser un error que va contra la evidencia científica” (…).
En el coloquio, salió el tema sobre los que llaman niños “trans” -¡vaya nombre!-. Aludió a un estudio, en Estados Unidos que sostiene que la mayoría de niños que no sienten su corporeidad masculinidad o femenina, lo superan pasada su pubertad, y dijo que los padres no deben impedir el desarrollo puberal de sus hijos.