Sr. Director:
El diputado Rufián lleva tiempo exigiendo una ejemplaridad que ni él ni su partido cumplen. Vive del alboroto continuo, lo necesita para desestabilizar y estar de forma permanente en el foco. Poco le importa que con esa actitud irresponsable se lleve por delante una parte de la imagen de la clase política y le falte el respeto de forma grave a todos los españoles.