Sr. Director:
La lógica reacción ante el gesto de Dani Mateo por limpiarse los mocos con “el trapo” de la bandera de España, en el programa El Informal, de La Sexta, ha molestado tanto al humorista que ha optado por cerrar su cuenta de Twitter durante unos días. Ha escrito que la oleada de críticas recibidas “no está siendo plato de buen gusto”. ¡Vaya por Dios! Una semana antes de ese gesto, Mateo había declarado en una entrevista que “el humor no tiene límites (…) es una herramienta imprescindible para la vida. Es mi religión, es lo más sagrado que tengo”. Un cuestionable planteamiento porque todo lo humano tiene límites, incluido el humor, y sobre todo atendiendo a las circunstancias... Porque hacer lo que él hizo en momentos como éste, en que los símbolos de España están siendo objeto de ofensas y ataques, no parece la ocasión más idónea para supuestas humoradas como la suya. Si quería convencernos verdaderamente de que su humor no tiene límites, debería limpiarse los mocos o cualquier otra parte de su cuerpo, pues, no sé... ¿Quizás con la estelada de los separatistas catalanes o con cualquier bandera musulmana, incluida la del Isis? Aunque también en estos casos carecería de gracia.