Sr. Director: En tiempos de recortes y tijeretazos sorprende la alegría en el gasto del Parlamento catalán. Resulta que el año pasado la cámara presidida por Carme Forcadell decidió tirar la casa por la ventana y, sin hacer mucho ruido, financiar a los grupos políticos con 16 millones de euros. Para hacerse una idea, es tanto como lo que gastaron el Congreso (9 millones) y el Senado (7 millones) juntos en 2016 para el mismo fin. Por ejemplo, el grupo de 62 diputados de Junts Pel Sí se embolsó más de 7 millones de euros en el parlamento catalán. Más, por ejemplo, que lo recibido por los 285 diputados de PP, PSOE y Podemos juntos en el Congreso. Resulta curioso que una cámara autonómica nos salga mucho más cara a los contribuyentes que una cámara estatal, cuyo ámbito de gestión y responsabilidad es evidentemente más amplio. Está claro que la "asfixia financiera" de la que tanto habla Puigdemont a la élite política catalana no le afecta en absoluto. Antonio Peiró