Cartas al director
El PP, de charco en charco
Sr. Director:
Al final va a resultar que le voy tener que votar al PP más por pena que por afinidad.
Cuando ya parecía que tenían amortiguado el caso de Rita Barbera, va el exministro Soria y remueve de nuevo las turbias aguas de la corrupción en las que parecen haberse bañado la mitad de los cargos del PP. -Esto no lo digo yo, lo dicen las hemerotecas-. Hasta tres versiones diferentes, en cuatro días, ha dado el señor Soria sobre su participación en empresas familiares ubicadas en paraísos fiscales: una junto a su padre y otra junto a su hermano. La primera en Panamá, la segunda en Jersey.
Si ya me costó Dios y ayuda entender en su día el despido en diferido del señor Bárcenas, ni les cuento lo que me está costando entender el culebrón venezolano que nos está contando Soria. Yo no digo que lo mejor hubiera sido que le echase la culpa a su hermano, como acaba de hacer Pedro Almodóvar, pero negar su implicación tres veces para luego terminar pidiendo la dimisión…
Por cierto, ¿cómo se le puede cesar a alguien que ya está despedido?: Mediante el Real Decreto 1168/2015 publicado en el BOE el 21 de diciembre se declaró el cese de todos los miembros del Gobierno, quedando sólo en funciones. Hace cinco meses que le cesaron, señor Soria, ¿de qué puesto dice que ha dimitido?
Jon García
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