Sr. Director:

El día 11 de Febrero de 2013, unas horas después de la renuncia del Papa Benedicto XVI, con el cielo completamente despejado, cayó un rayo sobre la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Este fenómeno atmosférico revelaba sin duda alguna un aviso celestial de una importancia capital. Han pasado los años y a la vista de los acontecimientos yo entiendo que avisaba que el nuevo Papa era el último de esta era. ¿En que fundo esta manifestación? La gravísima crisis de la desacralización de la Divina Eucaristía. Según San Juan Pablo II y esta es la doctrina de la Iglesia, la Eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. La creciente y constante desacralización de la Divina Eucaristía que he experimentado y sufrido a lo largo de mi dilatada existencia, ha llegado al culmen desde el coronavirus, que ha provocado un pánico mundial, y que también padecen muchos obispos y clero, sin que haya una causa que justifique ese pánico, porque lo que importa para establecer la gravedad del virus, hay hacer cálculo sobre los fallecidos, y aquí falla la estrategia y vemos que la importancia de esos fallecimientos, muchos de los cuales no corresponden al virus, carece de la importancia que nos pretenden hacer creer.

Este preámbulo tiene como sentido para que veamos como la Divina Eucaristía que ya estaba desacralizada ahora literalmente anda por los suelos. La Iglesia dice que los fieles pueden comulgar de rodillas y en la lengua, que es la norma  existente desde hace muchos siglos y no derogada ni nunca podrá serlo, y que el sacerdote no le puede negar la comunión. Esto no puede seguir así. Los católicos que aún creemos que Cristo está Vivo y Presente en la Divina Eucaristía, nos tenemos que revelar, como no hay comulgatorios y donde los hay están de adorno, tenemos que arrodillarnos en el primer banco para comulgar de rodillas y en la lengua. El  significado del anuncio del rayo sobre el Vaticano, creo que está próximo a cumplirse. ¿Qué ocurrirá cuando el Papa Francisco termine su Pontificado? ¿Caerá otro rayo o una tormenta?