Sr. Director:
Veo a través de las redes sociales, una cantidad innumerable de comentarios sobre la situación actual provocada por esta pandemia. Tenemos que empezar por el principio, cuando existe un problema es que hay una causa que lo origina. Empecemos por España que es nuestra Nación. Nací en 1936, fui monaguillo, todas las iglesias tenían comulgatorio, dos monaguillos acompañaban al sacerdote, uno con una palmatoria con la vela encendida, el otro portando una bandeja para impedir que cayese al suelo una partícula de la Sagrada Forma, todos los fieles, salvo los impedidos, comulgaban de rodillas y en la lengua. Llegó la década de los años sesenta del siglo pasado, marcada por unos acontecimientos que cambiaron la sociedad: Revolución de Mayo en la Sorbona, Concilio Vaticano II y el establecimiento de una nueva Iglesia que promovía la Jerarquía y el clero progresista. Se desató en el seno de la Iglesia Católica una gravísima crisis, progresistas contra conservadores. La voz cantante la llevaron los progresistas, barrieron de las iglesias, comulgatorios, imágenes, altares, púlpitos, etc. suprimieron el rezo del rosario por una paraliturgia que ellos decían, comenzaron a dar la comunión en la mano contraviniendo el Magisterio que confirmaba la forma de dar la comunión a los fieles de rodillas y en la lengua. La sociedad que era cristiana sufrió una gravísimo revés, los valores cristianos sobre los cuales estaba cimentada fueron eliminados. El complemento de esta grave situación, me refiero a España, fue cuando se estableció la democracia que reclamaban miembros de la jerarquía y del clero católico, querían libertad, democracia. Poco duro aquel optimismo, se comenzó con la ley del divorcio y desde esa fecha como la Jerarquía católica no hizo frente a la situación que se avecinaba, que decía a los fieles que votaran al mal menor, cada vez se fueron estableciendo nuevas leyes antinaturales, anticristianas, inmorales, con la paradoja que se establecieron gobiernos que no eran cristianos con el voto de loa católicos, realmente asombroso.
La inmoralidad y corrupción sobre todo del Occidente antes cristiano, ha llegado a su paroxismo, de tal manera que para un anciano como es mi caso, la Iglesia Católica y la sociedad son irreconocibles. ¿Podía seguir el mundo sumergido en una corrupción e inmoralidad como nunca antes había existido? ¿Iba a ser la Pasión y Muerte de Cristo inútil? Yo creo que esta pandemia ha sido enviada por Dios, como hemos rechazado a su Divino Hijo y a su Misericordia, tendremos que sufrir una dura corrección. Con lo que antecede, si es que somos católicos y hemos permanecido fieles, se explica brevemente el origen, la causa de esta gravísima situación. ¿Hay solución? por supuesto que sí, la Iglesia tiene que recuperar el culto sagrado, adoctrinar a los fieles que están como ovejas sin pastor, convocar jornada de penitencia y oración por nuestros pecados, y cuando España vuelva a ser católica, los gobiernos que padecemos como el actual socio-comunista, serán impensables.