Sr. Director:
Hay como un desánimo generalizado en la sociedad, y verdaderamente no es para menos. Pero esta Gobernanza Global o Nuevo Orden Mundial y ese plan de 2030, son puras fantasías, son una invención diabólica para crear el pesimismo y el desaliento en la sociedad. Seamos sinceros, tenemos que reconocer que ni la de la Iglesia Católica ni la de la sociedad actual, es una situación halagüeña, pero no es el fin. Es una purificación, porque nada que no este puro puede entrar en el Reino de los Cielos. Por tanto, como no sabemos ni el día ni la hora en que nos llame el Señor, tenemos que vivir en su Gracia.
A la vista del mundo actualmente, no parece que sea envidiable, hablar de hermandad y fraternidad, son palabras muy halagüeñas, pero imposible de formar una sola fraternidad mundial. Como dice San Pablo en su carta a los Corintios, al final Dios lo será todo en todos, y no parece que eso sea inminente. Por tanto hay que purificarse y esperar que al final de nuestra vida, si hemos permanecido fieles y hemos amado a Dios y cumplido sus Mandamientos, podamos oír de sus labios, venid al Reino preparado para vosotros.