Sr. Director:
El problema del Gobierno y de sus Presupuestos es que no son creíbles. Bruselas, que suele comportarse como un profesor benévolo, no ha dado su visto bueno a las cuentas por exceso de taras. Amonestado nuestro Gobierno con una carta que no ha llegado a la inmensa mayoría de países que ha hecho bien su trabajo. Tendrá que devolver a Bruselas un proyecto refrendado por el Congreso, con un esfuerzo estructural suficiente, una senda de déficit legal y, en definitiva, una estimación de ingresos y gastos terrenales. Veremos qué pasa con unos presupuestos no aprobados aún y denunciados por Europa.